Todo el mundo ha experimentado mucho dolor, por ejemplo: dificultades laborales, problemas familiares, desacuerdos matrimoniales, traición entre amigos, etc. Ante estas cosas desfavorables, debemos devanarnos los sesos para resolverlas o mantener la situación actual, por lo que nos sentimos muy estresados, agotados, dolorosos y deprimidos. ¿Quién puede ayudarnos a compartir la carga que llevamos? El Señor Jesús dijo: “Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. […] Porque mi yugo es fácil y mi carga ligera” (Mateo 11:28-30).
Dios dice: “Cuando se afrontan los problemas de la vida real, ¿cómo deberías conocer y entender la autoridad de Dios y Su soberanía? Cuando no sabes cómo entender, gestionar ni experimentar estos problemas, ¿qué actitud deberías adoptar para mostrar tu intención, tu deseo y tu realidad de someterte a la soberanía y las disposiciones de Dios? Primero debes aprender a esperar; después, debes aprender a buscar y, después, debes aprender a someterte. ‘Esperar’ significa esperar el tiempo de Dios, a las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha organizado para ti, esperar que Su voluntad se revele gradualmente para ti. ‘Buscar’ significa observar y entender las intenciones reflexivas de Dios para ti por medio de las personas, los acontecimientos y las cosas que Él ha establecido, entender la verdad a través de ellos, entender lo que los humanos deben cumplir y el camino que deben mantener, entender qué resultados quiere obtener Dios en los humanos y qué logros quiere conseguir en ellos. ‘Someterse’, por supuesto, se refiere a aceptar a las personas, los acontecimientos y las cosas que Dios ha orquestado, aceptar Su soberanía y, por medio de ella, llegar a conocer cómo dicta el Creador el destino del hombre, cómo provee al hombre con Su vida, cómo obra la verdad dentro del hombre. Todas las cosas bajo las disposiciones y la soberanía de Dios obedecen leyes naturales y, si te decides a dejar que Dios organice y dicte todo para ti, debes aprender a esperar, a buscar y a someterte. Esta es la actitud que toda persona que quiere someterse a la autoridad de Dios debe adoptar, la cualidad básica que debe poseer toda persona que quiere aceptar la soberanía y las disposiciones de Dios. Para tener tal actitud, para poseer tal cualidad, debéis trabajar más”.
De “La Palabra manifestada en carne”
Fuente del artículo: Iglesia de Dios Todopoderoso