Cuando las iglesias están llenas de ataúdes, cuando aún imploras en voz alta al Señor y Su regreso sosteniendo la Biblia en las manos, las vírgenes prudentes que son capaces de escuchar la voz de Dios lo han recibido, porque Él ha venido en secreto antes del desastre. Entonces, ¿cómo las encontró el Señor? ¿Cómo podemos recibir a Él?
El Señor Jesús dijo: “Mis ovejas oyen Mi voz, y Yo las conozco y me siguen” (Juan 10:27), y “Mirad, Yo estoy a la puerta y toco; si alguien escucha Mi voz y abre la puerta, vendré a él y comeré con él y él conmigo” (Apocalipsis 3:20). Y el Apocalipsis profetiza: “El que puede oír, que oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias” (Apocalipsis 2:29).
Dios dice: “Ya que estamos buscando las huellas de Dios, debemos buscar la voluntad de Dios, las palabras de Dios, las declaraciones de Dios, porque donde están las nuevas palabras de Dios, ahí está la voz de Dios, y donde están las huellas de Dios, ahí están los hechos de Dios. Donde está la expresión de Dios, ahí está la aparición de Dios, y donde está la aparición de Dios, ahí existe la verdad, el camino y la vida”.
“En la Era del Reino, Dios usa la palabra para iniciar una nueva era, para cambiar el método de Su obra y para realizar la obra de la era entera. Este es el principio por el cual Dios obra en la Era de la Palabra. Él se hizo carne para hablar desde diferentes perspectivas, permitiendo que el hombre pueda en verdad ver a Dios –quien es la Palabra manifestada en la carne–, Su sabiduría y Su maravilla. Este tipo de obra se realiza para lograr mejor los objetivos de conquistar al hombre, perfeccionar al hombre y eliminar al hombre. Este es el verdadero significado del uso de la palabra para obrar en la Era de la Palabra. A través de la palabra, el hombre llega a conocer la obra de Dios, el carácter de Dios, la esencia del hombre y aquello a lo que el hombre debe entrar. A través de la palabra, la obra que Dios quiere realizar en la Era de la Palabra fructifica en su totalidad”.
Extracto de “La Palabra manifestada en carne”
La Palabra de Dios nos dice claramente que Él busca Sus ovejas y llama a la puerta de nuestro corazón a través de expresar Sus palabras en los últimos días. Cualquiera que pueda buscar e investigar activamente al oír la noticia de la venida del Señor, y que se concentre en escuchar Su voz con el fin de reconocerlo, aceptarlo y obedecerlo mediante ella, es la virgen prudente quien ha recibido al Señor! Si mantienes la puerta cerrada y no buscas ni estudias, al final, te perderás el regreso del Señor y caerás en el desastre.
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