16 Feb



Música cristiana | El suspiro del Todopoderoso

I

El Todopoderoso

contempla a la humanidad afligida.

Él ve el descaro de los afligidos,

oye el llanto de los que sufren,

y siente el terror y desamparo

de la humanidad que perdió la salvación.

Ellos rechazan Sus cuidados,

caminan por sus propios caminos,

y evitan la mirada,

la mirada de Sus ojos.

Preferirían sufrir todos los dolores

del mar profundo,

junto al enemigo.

Ya nadie puede oír

el suspiro del Todopoderoso.

Las manos del Todopoderoso

ya no quieren tocar,

Sus manos ya no quieren tocar

a esta miserable humanidad.

El suspiro del Todopoderoso.

Ah... ah... ah...

II

Una y otra vez,

Dios recupera y pierde de nuevo.

Así repite Su obra sin cesar.

Una y otra vez,

Dios recupera y pierde de nuevo.

Así repite Su obra sin cesar.

Desde ese momento,

Él se agota y se cansa de esto,

y detiene la obra que está haciendo,

ya no se pasea entre los hombres...

Nadie ha percibido nunca estos cambios.

Nadie se da cuenta de la desilusión,

nadie se da cuenta de la pena,

de las idas y venidas del Todopoderoso.

Nadie se da cuenta.

Ah... ah...

III

Todo en este mundo

cambia muy rápidamente

con los pensamientos de Dios,

bajo Sus ojos.

Lo que la humanidad

nunca conoció llega de pronto.

Pero lo que el hombre siempre tuvo,

se le escapa sin darse cuenta.

Nadie puede entender

dónde está el Todopoderoso,

y nadie puede sentir la trascendencia

y la grandeza de Su poder de vida.

Su trascendencia radica

en cómo Él percibe

lo que los humanos no pueden percibir.

La grandeza de Dios

se radica en salvar a la humanidad,

aunque esta haya renunciado a Él.

Él conoce el significado

de la vida y la muerte,

y las reglas de la vida

para la humanidad.

Él es la base de su existencia,

y su Redentor para que vuelva a revivir.

Él es la base de su existencia,

y su Redentor para que vuelva a revivir.

Él llena de angustia

los corazones felices,

y de felicidad los corazones tristes.

Esto es todo para Su obra,

esto es todo para Su plan.

Él llena de angustia

los corazones felices,

y de felicidad los corazones tristes.

Esto es todo para Su obra,

esto es todo para Su plan,

para Su plan.


 De "La Palabra manifestada en carne"





Comentarios
* No se publicará la dirección de correo electrónico en el sitio web.
ESTE SITIO FUE CONSTRUIDO USANDO