La razón fundamental por la que Dios obra personalmente en la carne es porque el objeto de Su salvación es el hombre, que es de la carne, y porque Satanás usa la carne del hombre para turbar la obra de Dios. La batalla contra Satanás es en realidad la obra de conquistar al hombre y, al mismo tiempo, el hombre también es el objeto de la salvación de Dios.
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